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El Agua es Vida

Hoy en día, parece que demasiada gente sigue creyendo que se puede beber agua del grifo sin dudarlo. A menudo se oyen afirmaciones como. “Toda el agua sabe igual”, dando por sentado que toda el agua es igual. Yo, en cambio, sólo bebo agua del grifo cuando no hay más remedio, y en una cata a ciegas noto inmediatamente la diferencia entre el agua alcalina y la de baja y alta mineralización.

Hablemos menos del sabor y más de lo importante que es el agua para nuestra salud.

El alimento más importante

DIN 2000 es una norma alemana cuyo objectivo es garantizar que el agua potable en Alemania sea segura, limpia y libre de contaminantes nocivos. Uno de los principios rectores de la norma DIN 2000 es:

»El agua potable es el alimento más importante; no se puede sustituir.«

El cuerpo humano está formado por un 60% de agua, y el de los recién nacidos incluso por un 80%. El agua es un elixir de vida. Sin agua no hay vida, por lo que deberíamos reflexionar aún más sobre la importancia del agua para nuestra salud y longevidad y, por supuesto, sobre la calidad del agua que consumimos a diario.

El agua desempeña un papel fundamental en el mantenimiento de la homeostasis y el funcionamiento normal del organismo. Una hidratación adecuada es importante para el metabolismo, la función celular, la digestión, la desintoxicación y la termorregulación. Todos estos procesos son cruciales para nuestra salud y bienestar a lo largo de la vida.

En las profundidades de nuestro cuerpo, el agua no es en absoluto un elemento pasivo que se limita a proporcionar estructura. Al contrario, es un medio dinámico en el que se produce una compleja interacción de sales y minerales. Este equilibrio es crucial para el balance electrolítico y el funcionamiento de cada célula.

El agua es también el principal protagonista de la absorción y el transporte de nutrientes esenciales para nuestra salud. Como principal disolvente de minerales y vitaminas, el agua permite su absorción y distribución por todo el organismo. Es el fluido motor que transporta todas las sustancias, incluido el oxígeno, a sus respectivos destinos y, por tanto, constituye la base de nuestra existencia física.

Sin embargo, la importancia del agua va más allá de los aspectos puramente físicos y se extiende hasta lo más profundo de funcionamiento de nuestro cerebro. El agua forma el entorno en el que se generan y mantienen la actividad neuronal y las señales eléctricas, que son cruciales para nuestras capacidades cognitivas y nuestra conciencia.

Otra propiedad fascinante del agua es su papel como soporte de información. En cierto modo, el agua es similar al dióxido de silicio que sirve de medio de almacenamiento en los ordenadores modernos. La capacidad del agua para almacenar y transmitir información es un aspecto crucial de nuestros sistemas de comunicación biológica y contribuye a mantener un funcionamiento armonioso y eficiente del organismo.

Teniendo en cuenta todas estas sorprendentes propiedades, queda claro que el agua no es simplemente un elemento pasivo de nuestro cuerpo, sino más bien una fuente de fuerza, energía y vitalidad. Esto queda especialmente claro cuando se consideran las consecuencias psicológicas de la falta de agua.

Falta de agua

La falta de agua, también conocida como deshidratación, puede provocar una reducción del rendimiento cognitivo, incluidas dificultades de concentración, memoria y toma de decisiones. Como ya se ha indicado, el agua, y por tanto una hidratación adecuada, es fundamental para mantener la función cerebral. Incluso una deshidratación leve puede hacer que el cerebro trabaje con menos eficacia y perjudicar sus funciones.

Nuestro estado de ánimo también se ve afectado negativamente por la falta de agua. Los estudios han demostrado que la deshidratación puede provocar irritabilidad, ansiedad e incluso depresión.

Del mismo modo, la falta de agua puede provocar un aumento de la hormona del estrés, el cortisol, que contribuye a una mayor respuesta al estrés y al agotamiento. Por lo tanto, para ser más resistentes al estrés y hacer frente a nuestros retos diarios, debemos asegurarnos de beber lo suficiente.

El sueño también puede verse alterado por la deshidratación, ya que la producción de melatonina, la hormona del sueño, se ve afectada o interrumpida.

Para prevenir estos trastornos mentales y cognitivos asociados a la deficiencia de agua, se recomienda a los adultos beber entre 2 y 3 litros diarios. Dos o tres litros de agua parece mucho para algunos, pero no lo es. 8 vasos pequeños (330 mililitros) de agua ya suman 2,6 litros a lo largo del día. Suponiendo que durmamos ocho horas al día y bebamos un vaso de agua justo antes de acostarnos y justo después de levantarnos, alcanzaremos nuestro objetivo con seis vasos más al día, es decir, si bebemos un vaso pequeño de agua cada dos horas y media, consumiremos suficiente líquido a temperaturas exteriores normales. Como regla general, si la orina es de color amarillo claro, hemos bebido suficiente agua.

3 litros al día

Si tenemos cuidado de beber suficiente agua para mantener sanos nuestro cuerpo y nuestra mente, con tres litros de agua al día, también es importante prestar atención a la calidad del agua que consumimos. Pero, ¿es realmente el agua del grifo tan prístina como nos la venden? Por desgracia, no.

Hormonas y medicamentos

En muchas aguas de grifo urbanas pueden encontrarse residuos de hormonas y medicamentos, que entran en el suministro de agua tras ser consumidos por las personas y excretados a través del sistema de alcantarillado. Estos residuos pueden contener sustancias difíciles de descomponer, como antibióticos, antidepresivos y hormonas procedentes de píldoras anticonceptivas. La exposición prolongada a estos residuos tendrá sin duda repercusiones en nuestra salud, como desequilibrios hormonales y una mayor resistencia a los antibióticos.

Microplásticos

No sólo en los océanos de nuestro planeta, sino también en el agua del grifo hay evidencias de partículas microplásticas de menos de 5 milímetros. Proceden, por ejemplo, de productos cosméticos, fibras textiles o residuos plásticos en descomposición que acaban en nuestro suministro de agua. Aún no se han investigado a fondo las consecuencias a largo plazo de la exposición a los microplásticos, pero se teme que puedan causar inflamación en el organismo y aumentar el riesgo de enfermedades crónicas.

Metales pesados

Algunos sistemas de agua corriente, especialmente los que tienen tuberías antiguas, pueden contener trazas de metales pesados como plomo, cobre y arsénico. Estos metales pesados pueden corroerse en las tuberías con el tiempo y filtrarse en el agua. La exposición prolongada a metales pesados puede provocar graves problemas de salud, como daños nerviosos y renales, enfermedades cardiovasculares y cáncer.

Plaguicidas y herbicidas

En las zonas agrícolas, los plaguicidas y herbicidas utilizados en los campos pueden filtrarse en las aguas subterráneas y acabar entrando en el suministro de agua. Estas sustancias químicas pueden tener un impacto negativo en nuestra salud al alterar el sistema hormonal, debilitar el sistema inmunitario o incluso aumentar el riesgo de cáncer.

Nitratos y nitritos

Estos compuestos químicos se encuentran a menudo en los fertilizantes y también pueden penetrar en las aguas subterráneas. Los niveles elevados de nitratos y nitritos en el agua potable pueden ser especialmente peligrosos para los lactantes porque aumentan el riesgo de metahemoglobinemia (cianosis), una afección que afecta al transporte de oxígeno en la sangre.

Sustancias alquiladas perfluoradas y polifluoradas (PFAS)

Los PFAS son un grupo de sustancias químicas utilizadas en diversos productos industriales y comerciales, como revestimientos antiadherentes, tejidos hidrófugos y espumas contra incendios. Los PFAS son extremadamente persistentes y pueden acumularse en el medio ambiente y en el cuerpo humano. La exposición a los PFAS puede aumentar el riesgo de problemas de salud como alteraciones hormonales, niveles elevados de colesterol y mayor riesgo de cáncer.

Aunque difícilmente podemos protegernos de las toxinas invisibles de nuestros alimentos y del entorno directo, sí que podemos controlar la pureza del agua que bebemos utilizando filtros de agua y dispositivos de tratamiento del agua de alta calidad e incluso baratos.

Agua saludable

¿Qué es el agua sana? Ya hemos mencionado lo más importante: el agua saludable está libre de cualquier contaminante químico y biológico. Además, la ciencia define el agua saludable como agua con una acidez baja, es decir, agua con un pH básico, y rica en electrones, es decir, agua con un potencial redox más bajo y, por tanto, con propiedades antioxidantes. Digamos:

  1. Libre de contaminantes
  2. Valor de pH alcalino
  3. Rico en electrones

Aunque es evidente que los contaminantes no son saludables, sino perjudiciales, no todo el mundo es consciente de las propiedades beneficiosas para la salud del agua alcalina, así como del agua rica en electrones.

Neutralización de la acidez del organismo

El agua alcalina ayuda a equilibrar la relación ácido-base del organismo. Una dieta desequilibrada, el estrés y los factores ambientales pueden provocar un exceso de acidez en el organismo. El consumo de agua alcalina permite regular el pH del organismo y llevarlo a un nivel óptimo, lo que contribuye a mejorar la salud y a reforzar el sistema inmunitario.

Mejora de la hidratación

El agua alcalina tiene grupos de moléculas de agua más pequeños que el agua convencional, lo que facilita su absorción por el organismo y mejora su hidratación. Una mejor hidratación ayuda a aumentar el rendimiento físico, regular la temperatura corporal y favorecer los procesos de desintoxicación.

Propiedades antioxidantes

El agua rica en electrones tiene un potencial redox menor, lo que le confiere propiedades antioxidantes. Los antioxidantes neutralizan los radicales libres que pueden causar daños celulares y contribuir al envejecimiento prematuro y las enfermedades crónicas. Consumir agua rica en electrones puede proteger al organismo del estrés oxidativo y favorecer la salud en general.

Apoyo a la desintoxicación

El agua alcalina y rica en electrones puede contribuir a la desintoxicación del organismo favoreciendo la función renal y ayudando a eliminar las toxinas nocivas. Una desintoxicación eficaz es importante para el bienestar y la prevención de enfermedades.

Mejora de la digestión

El agua alcalina también puede mejorar la digestión al ayudar a mantener un nivel óptimo de pH en el estómago. Esto puede conducir a una mejor absorción de nutrientes, una reducción de la acidez estomacal y otros problemas digestivos.

Tratamiento del agua

Cualquier hogar normal puede producir agua saludable con filtros de agua y diferentes procesos de tratamiento del agua, de modo que bebamos 3 litros de agua sana – libre de contaminantes, con un valor de pH alcalino y rica en electrones – cada día.

Filtro de carbón activado

Los filtros de carbón activado son uno de los métodos más comunes de tratamiento del agua en los hogares. Eliminan del agua contaminantes no deseados como el cloro, los pesticidas y los compuestos orgánicos. También pueden reducir los olores y las alteraciones del sabor. Sin embargo, no afectan significativamente al valor de pH del agua y no influyen en el potencial redox.

Resinas de intercambio iónico

Las resinas de intercambio iónico son pequeñas perlas que se utilizan en los descalcificadores. Intercambian minerales duros como el calcio y el magnesio por iones de sodio y ayudan así a elevar el valor del pH del agua. Esto puede producir un agua más alcalina. Sin embargo, las resinas de intercambio iónico no afectan al potencial redox ni a las propiedades antioxidantes del agua.

Ósmosis inversa

La ósmosis inversa es un proceso en el que el agua se hace pasar a través de una membrana semipermeable que retiene impurezas como contaminantes, bacterias y virus. Este método elimina eficazmente diversas impurezas y puede elevar el pH del agua. Sin embargo, la ósmosis inversa también puede eliminar minerales beneficiosos y no afecta al potencial redox.

Ionizador de agua

Los ionizadores de agua utilizan la electrólisis para elevar el pH del agua y producir agua alcalina. Separan el agua en dos corrientes: agua básica (alcalina) y agua ácida (ácida). El agua alcalina contiene una mayor proporción de iones de hidróxido negativos, lo que se traduce en un menor potencial redox y propiedades antioxidantes. Sin embargo, los ionizadores de agua pueden ser caros y no son tan eficaces para eliminar contaminantes como otros métodos.

Destilación

La destilación es otro proceso de tratamiento del agua en el que el agua se calienta hasta que se evapora. A continuación, el vapor se enfría y se condensa para producir agua pura. Este proceso elimina eficazmente los contaminantes y minerales del agua. Sin embargo, el agua destilada puede tener un pH neutro o ligeramente ácido y no tiene ningún efecto sobre el potencial redox.

Método combinado de tratamiento del agua

Para obtener agua sana con un valor de pH básico y rica en electrones, en la práctica se utiliza una combinación de distintos procesos de tratamiento del agua, como la filtración con carbón activado y el intercambio iónico o la ósmosis inversa y la ionización del agua.

En primer lugar, se utiliza un filtro de carbón activado para eliminar el cloro, los pesticidas y los compuestos orgánicos del agua y reducir los olores y sabores no deseados.

Tras la prefiltración, se utiliza un proceso como la ósmosis inversa o el intercambio iónico para eliminar más impurezas y aumentar el pH del agua. Mientras que la ósmosis inversa puede eliminar una gama más amplia de impurezas, las resinas de intercambio iónico se utilizan principalmente para ablandar el agua.

Por último, se utiliza un ionizador de agua para aumentar aún más el pH y producir agua alcalina con propiedades antioxidantes. A la hora de elegir un ionizador, hay que asegurarse de que sea capaz de remineralizar los minerales del agua eliminados durante la ósmosis inversa o la destilación.

Combinando procesos de tratamiento del agua, podemos obtener un agua sana, libre de contaminantes, con un pH alcalino y rica en electrones.

Los sistemas de filtración profesionales suelen combinar ya varios métodos de tratamiento para lograr el objetivo deseado.

Conclusión: Calidad del agua para una vida más sana

En resumen, la calidad del agua desempeña un papel más importante en nuestra salud de lo que muchos suponen. Aunque el agua del grifo se considera segura y potable en muchas regiones, sigue habiendo buenas razones para pensar en la calidad del agua que consumimos cada día.

El mito del “agua del grifo sana y sin preocupaciones” puede ser engañoso, ya que incluso el agua limpia del grifo puede contener impurezas que, con el tiempo, pueden ser una carga para nuestro organismo. Entre ellas se incluyen metales pesados como el plomo o el cobre, compuestos químicos como pesticidas y cloro, o bacterias y virus. Además, el pH del agua del grifo puede variar y no ser óptimo para nuestra salud.

Afortunadamente, hay formas sencillas y eficaces de mejorar la calidad del agua y beber así agua más sana. Entre ellas están los filtros, los sistemas de tratamiento y la elección de agua mineral de alta calidad. Los filtros, como los de carbón activado, pueden eliminar las impurezas no deseadas, mientras que los sistemas de tratamiento, como los sistemas de ósmosis inversa y los ionizadores de agua, pueden ayudar a optimizar el pH del agua y proporcionar agua alcalina y antioxidante.

Prestando atención a la calidad del agua e invirtiendo en soluciones adecuadas, no sólo podemos ayudar a reducir la exposición de nuestro cuerpo a posibles contaminantes, sino también cosechar los beneficios de un agua mejor hidratada, alcalina y antioxidante. Esto puede conducir a una mejor digestión, más energía, un sistema inmunológico fortalecido y una mejor salud en general.

En definitiva, no debemos subestimar la calidad del agua, ya que influye directamente en nuestra salud y bienestar. Es nuestra responsabilidad tomar decisiones informadas sobre el agua que bebemos y adoptar medidas activas para proporcionar agua más saludable para nosotros y nuestras familias. Al fin y al cabo, una vida más sana empieza por la calidad del agua que consumimos cada día.


Referencias

Este artículo se ha escrito con la ayuda e inspiración de los siguientes libros:

  1. “Gesundheit ist mehr als Medizin” – Prof. em. Prof. Dr. med. habil. Karl Hecht
  2. “Warum nur die Natur uns heilen kann” – Dr. med. habil. Dr. Karl J. Probst

Además, algunas partes de este artículo se corrigieron con la ayuda de GPT-4.

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